La crisis financiera actual ha resultado un gran
desafío para todos los empresarios, pues ha roto con todos los instrumentos
normales de previsión, lo que hace aún más ardua la pronta recuperación
económica. De allí que los ejecutivos de grandes corporaciones, desprovistos de
algún signo de certeza sobre el rumbo financiero, se enfrentan en estos tiempos
de incertidumbre ante miles de dilemas empresariales.
Antes de tomar
cualquier decisión importante, los estrategas empresariales deben 1) mantenerse
atentos ante los movimientos económicos, 2) entender la ubicación de su negocio
en el mercado, 3) evaluar la estrategia del consumidor, y 4) visualizar sus
líneas de producción tras la recuperación económica.
A su vez, las
empresas podrían aprovechar estos momentos de desasosiego para rediseñar sus
negocios en miras a un futuro lejano. Uno de los mayores errores que presenta el
nerviosismo por este desacelero económico es actuar imprudentemente, pensando
sólo en los problemas inmediatos: recortando costes, iniciando despedidos
masivos, descartando inversiones en áreas generadoras de ingresos sustanciales.
No obstante, mucha pasividad también resulta peligrosa para la rentabilidad y
progreso de las compañías.
Si bien algunos dirigentes de grandes
corporaciones vislumbran ya señales prometedoras de recuperación económica y los
primeros indicios del aumento de la confianza del consumidor, éstos no deben
descartar aún la posibilidad de otra recaída económica. Es por ello que lo más
sensato en este momento es que sean realistas en sus expectativas y proyecten la
posición de sus empresas para cuando la economía se recupere de nuevo. Por ende,
sus acciones deben girar en torno también al 1) reforzamiento de la relación con
sus clientes actuales, 2) la contratación de buenos profesionales, 3) la
reducción de unidades improductivas, 4) el fortalecimiento de sus marcas y 5) la
inversión en áreas de investigación y desarrollo.
Al mismo tiempo, es
esencial considerar que los consumidores han cambiado; muchos de ellos siguen
resentidos por el comportamiento de Wall Street y las entidades financieras. Por
tal razón, la misión principal de las empresas consiste en reconquistar la
confianza del consumidor, implementado nuevas estrategias de marketing más
honestas en relación con el cliente e incorporando campañas publicitarias en
medios sociales como Facebook y Twitter.
publicado en Octubre 2009 en la revista Knowledge @ Wharton.
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